Said Dokins en el Festival Periferia VI: La Memoria como Resistencia
Bogotá se ha destacado como una de las principales capitales del arte urbano en América Latina. Este reconocimiento se debe a varios factores, uno de ellos es la presencia de colectividades rebeldes que han desempeñado un papel crucial en la resistencia desde el llamado “estallido social”, una serie de protestas que surgieron en respuesta a la propuesta de reforma tributaria del gobierno de Iván Duque en 2021.
Pero también hay que mencionar el interés que el Estado ha mostrado en el activismo, el arte urbano y el grafiti en la ciudad. Durante más de una década, se han realizado mesas de grafiti, y en 2012 surgió la Mesa Distrital de Grafiti, una entidad que, al menos en teoría, se estableció para facilitar el diálogo entre artistas y representantes del gobierno con el objetivo de organizar y dar voz a la expresión artística en las instituciones. Esta situación ha generado una dinámica única en el mundo del arte urbano contemporáneo. Por un lado, están las tensiones y las controversias relacionadas con la lucha social y, por otro lado, el avance del Estado en la implementación de normativas para el control de los espacios públicos y la incorporación de actores que intentan “fomentar” la práctica en esos espacios.
En medio de este escenario, es difícil no encontrar cierta ironía. El arte urbano, que a menudo se asocia con la rebeldía y la resistencia, se encuentra ahora en un terreno donde el gobierno también quiere tener su palabra. Es en este contexto que se celebra la sexta edición de Festival Periferia, uno de los eventos de creatividad e inclusión en el ámbito del arte urbano y la contracultura más importantes de la ciudad. Esta sexta edición del festival no solo es un escaparate de expresiones artísticas diversas, desde el muralismo hasta la música independiente y las nuevas tecnologías, sino que también desafía una problemática contemporánea: la amnesia social.
Destaca la participación del artista internacional Said Dokins, cuya obra siempre lleva consigo una profunda reflexión sobre la memoria y las sociedades. Dokins, originario de México, se suma al festival con una propuesta artística que trasciende lo convencional.
Su mural titulado “aletheia, lejos del Olvido” es una pieza monumental que explora la conexión entre la verdad y la memoria. A través de diseños abstractos y caligráficos., junto con el uso del lettering y la estilización tipográfica, Dokins inscribe la palabra “OLVIDO” en un mural de más de 300 metros cuadrados. Sin embargo, este mural va más allá de las palabras; es una invitación a la reflexión sobre la importancia de preservar nuestra historia colectiva.
La potencia de esta obra radica en su juego de palabras. ‘Aletheia’ en griego significa verdad, pero al descomponerla, aumento “medio”, que se traduce como olvido y que proviene de la idea de lo oculto. Este río del Hades, que induce el olvido completo al beber de sus aguas, se convierte en un símbolo poderoso en el mural de Dokins. Mientras la memoria, representada por “Mnemósine” en la mitología griega, es lo opuesto al olvido, en este sentido Aletheia sería la negación del olvido, por lo tanto, la verdad como memoria.
Dokins nos desafía a considerar que la verdad se encuentra en la ausencia de ocultación, en la exposición constante a preguntas y críticas, en la lucha contra el olvido.
En el contexto del Festival Periferia VI, esta obra cobra aún más relevancia. La temática del festival, centrada en la amnesia colectiva, encuentra eco en el mural de Dokins. Su obra nos insta a mirar hacia atrás mientras avanzamos en un mundo digitalmente conectado, recordándonos que la verdad y la memoria son pilares fundamentales para la construcción de una sociedad consciente de su historia y sus luchas sociales.
El festival, además de la contribución de Dokins, ofrece una rica amalgama de artistas locales, nacionales e internacionales tanto en el muralismo como en la música independiente. Los murales de gran formato en el corredor de la calle 26, desde La Estrella hasta el centro Internacional, se transforman en un recordatorio visual de la diversidad cultural.